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NOTICIA: León destapa "el tarro de sus esencias"

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La Feria de los Productos, escaparate de un sector con 500 empresas y 14.000 empleos.

Los productos de Urzapa están un año más presentes en la Feria de los Porductos de León.
 | DANIEL MARTÍN

 lanuevacronica.com
Alfonso Martínez | 09/10/2016
La provincia de León destapa, como viene siendo tradicional cada año por estas fechas, el "tarro de sus esencias". El presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, inauguró este sábado la vigésimo tercera edición de la Feria de los Productos de León, que se celebra hasta el próximo 12 de octubre en la plaza de toros. Acompañado por el alcalde de León, Antonio Silván, y por el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el presidente de la institución provincial destacó la importancia del sector agroalimentario en la economía de la provincia.

Lo hizo en la apertura de un evento que este año cuenta con la participación de 77 expositores de empresas y marcas de calidad que representan lo mejor de la despensa leonesa. Martínez Majo detalló que el sector agroalimentario representa un 10% del PIB de la provincia a través de algo más de medio millar de empresas que generan 14.000 puestos de trabajo directos e indirectos a través de la producción, la transformación y la distribución y comercialización de la materia prima. Además, un 15% de las exportaciones registradas en la provincia corresponden a este sector.

El presidente de la Diputación destacó el crecimiento "paulatino" de la empresas agroalimentarias y recordó que no hace mucho tiempo tenían "miedo a los mercados" y ahora triunfan en los mismos con premios como el Cincho, en referencia a Quesería el Palacio de Toral de los Guzmanes y Lácteas San Vicente de Navatejera.

"En este feria encontraremos lo más genuino del sector agroalimentario. Es una muestra por y para los productores, restauradores y distribuidores, que ponen en valor la calidad de la variada gama alimentaria leonesa. Son más de 2.000 metros cuadrados de entrada gratuita a la espera de un público objetivo de unas 200.000 personas de la capital y los municipios de su entorno, además de a los muchos visitantes que del resto de la rovincia del país nos visitan a lo largo de este puente", aseveró.

Mientras, Suárez-Quiñones hizo especial hincapié en que esta feria representa un caso de "éxito" logrado por su configuración de "calidad" y recordó que el sector agroalimentario ha sabido soportar la crisis, de forma que en el conjunto de Castilla y León se contabilizan ya más 3.000 empresas que facturan al año 10.000 millones de euros.

Por su parte, Silván secundó las palabras del diputado de Desarrollo Económico, Miguel Ángel del Egido, al referirse a la feria como el "tarro de las esencias" de la provincia y de su sector agrícola y alimentario.

El alcalde de la capital felicitó a la Diputación por el evento y anunció la intención de ambas instituciones de sumar esfuerzos a la hora de promocionar los productos de la tierra por todo el país desde un trabajo conjunto, tal y como ya ocurre actualmente con el turismo. Además, Silván propuso que la próxima edición de esta feria se celebre ya en el recinto de exposiciones que se está terminando y que forma parte del proyecto del Palacio de Congresos. Mientras, Martínez Majo vio con buenos ojos esta propuesta y recordó los inicios de la feria en el solar de Santa Nonia y el posterior traslado a la plaza de toros, con el incremento que ello supuso en el número de expositores participantes. 

La pregonera de la feria fue en esta ocasión Yolanda León, del restaurante Cocinandos, que cuenta con una Estrella Michelín. Durante su intervención, pidió a los leoneses que se interesen por el origen de los productos que compran para así favorecer la economía local. Defendió además el papel de los cocineros a la hora de promocionar los productos de nuestra tierra, por lo que planteó la posibilidad de desarrollar iniciativas conjuntas a la hora de emprender nuevas acciones por diferentes puntos del país.

Además del acto inaugural, el programa de la feria incluía este sábado una degustación de alubias que fue ofrecida por la IGP de La Bañeza. Ya en horario de tarde se celebraron las catas para la concesión de los premios de la feria al mejor vino y al mejor queso.

Es preciso señalar finalmente que la primera jornada de la Feria de los Productos de León se cerró con una degustación ofrecida por laAsociación de Promoción del Chorizo de León.

NOTICIA: El traje que vio pasar a Napoleón

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Localizan el atuendo tradicional leonés más antiguo que se conoce. Lo expondrán a partir del viernes en San Marcelo.

Javier Emperador, junto a la monumental collarada que acompaña a esta
indumentaria. DL-

E. GANCEDO | LEÓN
diariodeleon.es
No sólo de piedras talladas, de tablas pintadas o de códices miniados vive el patrimonio leonés. Existe aquí otro tipo de legado verdaderamente rico, variado y de enorme arcaísmo que ha hecho famosa a esta tierra, el etnográfico, y más en concreto el de la indumentaria tradicional. Joyas cuya pervivencia en el tiempo resulta complicada por las características perecederas de sus materiales: lana, lino, seda...

Pero este viernes los leoneses podrán conocer uno de esos ‘tesoros’ que tan rara vez salen a la luz en lo que se refiere a este tipo de artesanías: un traje, casi completo, procedente de Veguellina de Órbigo y que responde a tipologías de principios y mediados del siglo XIX. Lo presentará a las 19.00 horas el etnógrafo Javier Emperador en la colección permanente de indumentaria leonesa que dirige en el Consistorio de la plaza de San Marcelo y allí podrá contemplarse hasta el mes de marzo.

Las diferentes partes de esta vestimenta han sido cedidas para su exposición por la familia de Victorina Junquera (1922-2006) —vecina de Veguellina que la lució en diversos acontecimientos y celebraciones—, y gracias a la mediación de su hermano Carlos, doctor en Antropología y profesor de la Universidad Complutense. Los diferentes elementos del traje se encontraban hasta ahora almacenados en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña (Valladolid) y la idea de fondo es conseguir su exhibición permanente en tierras leonesas.

«El traje es de un arcaísmo asombroso —explica Javier Emperador—. Por ejemplo, de la toca no conozco ningún otro exponente, aunque parece emparentada con las monteras y los gorritos de niño. Los manguitos son también extraordinariamente valiosos, conociéndose muy pocos, amén de aparecer en un puñado de pinturas y grabados, y en la imagen de la maragata que acudió a la boda del rey Alfonso XII».

Epígrafe aparte merece la «colosal collarada» que lo acompaña. «Es una de las más impresionantes de España porque su montaje data, al menos, de antes de 1939; en él participaron como mínimo cinco generaciones».

Y es que la primera referencia existente de este atuendo está fechada en mayo de 1939, cuando tuvo lugar en León la multitudinaria despedida de la Legión Cóndor, a la que acudieron paisanos de casi todas las comarcas, ataviados con sus mejores galas —se calcula una afluencia de 4.600 personas, el desfile duró cuatro horas—. «La ciudad de León fue entonces escenario de la, posiblemente, mayor concentración de tipismo realizada a lo largo de su historia», cree Emperador. La indumentaria de Victorina Junquera —llamada en la zona, ya entonces, «el traje antiguo» causó sensación y se llevó el segundo premio del certamen. El primero en un concurso de este tipo lo obtendría, ya en los años cuarenta, en la Casa de Campo de Madrid, y lo recibió de manos de la mismísima Carmen Polo, la esposa de Franco.

«A lo largo de los años, Victorina y su traje fue retratada por Martín de Prado, por Foto Exakta, por Ortiz Echagüe, por Peñuelas..., y aparece en el Cancionero de Berrueta y otros libros», desvela Javier Emperador, que ha venido rastreando la historia de esta tan singular vestimenta.

Una indumentaria que depara sorpresas como la atrevida leyenda bordada en su fajero: «Porque quiero hallarme cada día con novio nuevo».

Toca, manguitos, restos de camisa, justillo de picos e imagen de los años 40. J. E

NOTICIA: Cesteros, canasteros y cesterías

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Pocos aperos y útiles han tenido más aplicaciones en la vida diaria de nuestros pueblos durante muchas décadas que aquellos derivados del trabajo de los artesanos del junco, el mimbre, la enea, el esparto o la paja de centeno.

Desde 1920 vendiendo todo tipo de cestería… única en su género en León.
Toño Morala | 10/10/2016
Aún recuerdo los carriegos en la bodega del abuelo; a los ojos de un niño eran gigantes, y a veces, nos metíamos dentro de ellos con la consabida bronca de los mayores, pues se podían estropear. La de ellos que andaban por las tapias de las bodegas esperando a los carros que traían otros carriegos llenos de uva allá por el tiempo de vendimia. Y venga aquel ajetreo de carros y carriegos, y venga las mujeres con pañuelo y sombrero de paja, y aquellas sayas… mientras los hombres cargaban a la espalda los carriegos y los vaciaban, tan pronto por los zarceros de la bodega, tan pronto bajaban y descargaban sobre el hueco del pilón. 

¡Cuántas horas de silencio y radio del artesano llevan en sus adentros las modestas cestas.
Todo era cestería y canastas por todos los lados, pequeñas, grandes… todo útil que hiciera hueco o cuenco se usaba en aquel trajín de aquellos días de vendimia. Cansados llegaban a las casas los vendimiadores, y además tenían que dar de comer al ganado aquellos cereales que guardaban celosamente en los escriños fabricados con paja de centeno y zarza. Y luego, más tarde, se lavaban y dejaban en un gran cesto la ropa sucia para llevarla en el carro de madera al lavadero, o al arroyo o río se lo hubiera. En realidad estos envases de varias medidas, tamaños,de diferentes tipos de materiales según las zonas y las comarcas; durante siglos y siglos fueron y sirvieron de gran ayuda en las casas, y no solo del mundo rural, también en las ciudades se utilizaban para casi todas las labores que uno se pueda imaginar. El rico léxico de nuestra lengua, tiene también bonitas palabras para estos artesanos y estos útiles que sirven para casi todo. Y si escribimos algo sobre los abuelos y las madres, cuando en el invierno los trabajos eran más tranquilos, pues se enzarzaban en arreglar algunos cestos y canastas, en repasar los escriños más viejos, en fabricar otros nuevos; casi en todas las casas siempre había alguien enredado y fabricando con balsa y palera, mimbre, zarzas, escoba, y paja larga de centeno, entre otros materiales; hay que recordar que también hay buena cestería en el Bierzo, con materiales tan nobles como el castaño, cerezo y avellano.

Durante siglos y siglos fueron y sirvieron de gran ayuda en las casas, no solo del mundo rural.
Tradicionalmente, el hombre ha venido utilizando para elaborar las cestas los materiales vegetales que le ofrecía el medio geográfico en el que habitaba. Así, en el norte de España (Galicia, Asturias, Santander, País Vasco, León…) las cestas se hacen y hacían fundamentalmente de madera de roble, castaño y avellano, mimbre, balsas, palera, paja de centeno… árboles y plantas que abundan por estas tierras comentadas. En nuestro caso, los cesteros emplean y emplearon materiales; unos plantados para hacer cestos y canastos y otras referencias, y otros aprovechados de la naturaleza viva y siguiendo las estaciones naturales; dependía de las zonas, entre ellos, cabe destacar el mimbre… La mimbrera se planta en estaquilla, es decir, se clava un trozo de mimbre o raigón en la tierra, dejando una distancia de unos 45 cm. de planta a planta. El mimbral debe ser regado con frecuencia y necesita estiércol, abono orgánico. La preparación del mimbre precisa de un cuidado especial. Se corta el mimbre y se descorteza con el pelador. Luego se pone al sol durante uno o dos días. Una vez seco, se selecciona por tamaños en manojos y se conserva en una habitación donde no haya correspondencia (corrientes de aire). El mimbre francés, que es erguido, duro y no echa hijuelos, una vez cortado, es enterrado; más tarde se pela y se selecciona por tallas. El mimbre americano es cocido o escaldado y luego, pelado; a continuación se pone al sol durante dos o tres días para que adquiera color. Otros cesteros no escaldan el mimbre americano, sino que lo tienen “a remojo” durante varios días. 


Algunos artesanos para que el mimbre francés quede más claro lo tratan con azufre. El zaragatillo, saciña o sarga es un arbusto de la familia de las verbenáceas. Crece silvestre en las orillas de los ríos; su rama es más delgada y menuda que la de la mimbrera de cultivo; cuando está verde tiene un color avinagrado oscuro; debe ser podado para que vuelva a crecer, pero no conviene hacerlo en creciente, sino en menguante porque podría echar hijuelos. La sabiduría popular es la gran riqueza del ser humano, y seguimos… La zarza es un arbusto de tallos sarmentosos y con pinchos cuyo fruto es la zarzamora; sus ramas se utilizan para tejer la paja de centeno de los escriños. Algunos cesteros, que son también cañiceros, combinan en algunas piezas la caña y el mimbre y otros materiales. Para la elaboración de cestas y cañizos, se divide la caña en sentido longitudinal en tiras por medio de rajadores de mayor tamaño que los empleados para el mimbre, denominados abrecañas. Las ramas finas del chopo blanco o verguillas se utilizan como material sustitutivo del mimbre. También los gitanos, grandes artesanos cesteros o canasteros, de los mejores; que andaban ambulantes, y a las orillas de los ríos trajinaban con diversos materiales, y se servían a menudo de las ramas de este árbol que ellos denominan chopo ciencuerdas. Bonito nombre este final del chopo blanco. Y aquí viene uno de los materiales de la memoria intemporal… Los tallos del centeno son empleados, convenientemente humedecidos, para hacer escriños; la paja es tejida con tiras de mimbre o bien con láminas de zarza. No se suele emplear la paja de trigo para hacer cestas porque es menos flexible que el centeno.

Y podríamos seguir escribiendo sobre algunos materiales más que la naturaleza sabia y segura, reparte por allende las tierras del mundo sin pedir nada a cambio; algunas tribus y poblados utilizan y se van pasando el aprendizaje de la cestería desde hace milenios, de padres a hijos y de esa manera no se pierde la tradición y la cultura de la sobrevivencia pura, humilde, sencilla y acertada. Las herramientas utilizadas por los cesteros son de una pobreza tal, que apenas con una navaja y cuatro cosinas más… y además fabricadas por ellos mismos, resuelven su bonito trabajo lleno de paciencia y sapiencia. La razón o justa razón es una especie de punzón o cuña de madera resistente (boj, enebro, olivo, carrasca, etc.) que utilizan los cesteros para regularizar el tejido. Prácticamente todos ellos la consideran herramienta básica. El corquete es una cuchilla de punta curva y mango de madera que utilizan los vendimiadores para cortar los racimos y que usan también los cesteros para puntear o sacar punta a los mimbres. Parecido al corquete es el ganifete, que sólo se distingue de aquel en que se cierra como una navaja. Garrotillo es un palo o punzón puntiagudo y corvo, de material duro, que se usa para anudar el vencejo con objeto de no lastimarse los dedos cuando se atan los haces de mies. En cestería se utiliza para apretar el tejido. El pelador, consiste en un trozo de mimbre grueso doblado y usado en forma de tenaza, que se aplica a cada una de las ramas para levantar la piel; se maneja, pues, con la mano. Algunos cesteros emplean también peladores hechos por ellos mismos con un trozo de metal. 


Actualmente los cesteros que trabajan de modo más permanente van sustituyendo el pelador manual por máquinas que cumplen su misma función, pero con una gran rapidez. Pelacañas, lezna, abrecañas y moldes… entre otras, son herramientas imprescindibles para hacer un buen cesto y un buen acabado. Escriños, terreras, anganillas, cuévanos… cestas de mil maneras y formas… a recordar aquella que llevaban los diferentes trabajadores, desde los hombres y mujeres del campo, hasta los mineros; muchos la recordaran, era de mimbre, con tapa y asa, de forma rectangular y con dos cierres metálicos. Algunos las vimos amarradas en el portabultos de bicicletas y motos. Otra pieza de interés e importante eran aquellos andadores para que los bebés aprendieran a caminar sin romperse la nariz… eran de mimbre y muy bonitos. Y como no escribir sobre lo nuestro, esas comarcas tan llenas de artesanos y que también trabajaron y algunos siguen trabajando la cestería con gran sabiduría. La cestería en el mundo rural constituía rara vez un trabajo de plena dedicación; lo normal era que la persona más habilidosa de la familia hiciese sus propios cestos: de mimbre, castaño o avellano, principalmente. 

No obstante, hay pueblos que se destacaron por esta labor, como pueden ser, en el oeste de la provincia, Villar de Acero, Porquerizas y Tejeira, que a finales del siglo XVIII se dedicaban a hacer unos cestos de avellano de gran aceptación en el Bierzo, o Aira da Pedra que, a mediados del XIX, elaboraban cestos para la recolección de la uva en toda la región. Todavía hoy quedan buenos cesteros en la zona: en Burbia, San Juan de Paluezas, Santa Marina del Sil, y otros lugares bercianos. En Santa Marina del Sil viene celebrándose hace una decena de años un concurso de cestería tradicional. Los pueblos de la comarca de Valdeón también han trabajado la cestería de avellano. Y en Vegacervera se ha iniciado hace un par de años otro concurso de cestería de las riberas altas del Torio y del Bernesga, de mimbre sin pelar, tosco y verdoso. En las riberas del Órbigo (en el pueblo de Sardonedo) siguen haciéndose aquellos barriles de mimbre pelado o de palera. Y hay que escribir sobre la Cestería Velasco, la única que queda en León; cerca de un siglo vendiendo todo tipo de fabricados en múltiples materiales naturales; tienda que empezó el abuelo Jesús Velasco y su mujer Dolores Álvarez allá por 1920, luego la llevó Florentina Velasco fallecida hace un par de años, y ahora la lleva su hija que no quiere que pongamos su nombre… dice que no necesita publicidad, y que nadie se ha acordado de ellos durante todos estos años… ahí queda la cosa… y recuerden que un buen sombrero de paja de centeno nos salva del sol, a veces traicionero… y que pena que ya no haya casi caballerías para ponerles las angarillas de esparto hechas a mano por los artesanos cesteros.

MÚSICA CORAL: CAPILLA CLÁSICA DE LEÓN

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Actividad gratuita hasta completar aforo en el Museo Etnográfico Provincial de León.

Sábado, 15 de octubre, a las 18:30 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas.  


El Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, continuando  con el programa denominado MUMUSET (Música Museo Etnográfico) creado con el deseo de introducir de manera activa a jóvenes y adultos en el uso musical del Museo, continúa su programación musical con una serie de Conciertos Corales durante el último trimestre del año.

El programa dará comienzo el día 15 de octubrecon el concierto de la Capilla Clásica de León, que después de 50 años de su fundación en 1965, continúa dando a conocer la música coral de diferentes épocas, estilos y naciones sin olvidarse de sus raíces, ni de nuestra tradición musical. La Capilla está vinculada al Instituto Leonés de Cultura, dependiente de la Diputación de León con el que colabora asiduamente en diversos proyectos como el Memorial Ángel Barja, dedicado a este gran compositor que fue Director de la Capilla Clásica.

Dentro del repertorio que ofrecerá la Capilla Clásica habrá madrigales y canciones como: “Unos ojos bellos”, “Por el montecico sola”, “Vanse mis amores”, etc. Canciones del Reino de León como: “Río  arriba, río abajo”, “Eres alta y delgada”, “No te asomes mocita” o “Viva la montaña” de Ángel Barja. Así como canciones sacadas del cancionero de Palacio o Juan del Encina entre otras.

Es por ello que les invitamos a asistir a este concierto de Música Coral, que podrán complementar con la visita a la Exposición Temporal “Sonando Cervantes: instrumentos musicales en tiempos de El Quijote”, que puede ser visitada en el Museo Etnográfico Provincial de León hasta el 30 de octubre. Exposición que cuenta  con una selección de instrumentos que con diferentes denominaciones, son citados por el ilustre escritor, y cuya selección comisariada por el polifacético Luis Delgado, procede de las colecciones pertenecientes tanto a la Fundación Joaquín Díaz como a las del Museo de la Música- Colección Luis Delgado de Urueña, y que ha sido programada dentro de la 29º Festival de Música Española de León.

NOTICIA: La Feriona planta cara al mal tiempo

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La edición de este año contó con más de 400 puestos callejeros, mientras que el mercado de ganado acogió diferentes tipos de animales.

Animales de todo tipo, perros y gallinas fueron expuestos
en el mercado de ganado. ARAUJO -

VANESSA ARAUJO | VILLABLINO
La capital lacianiega se despertó ayer con olor a pulpo y con la gran pregunta de este día ¿feriaste algo?, y es que las calles de Villablino se convirtieron ayer en un gran zoco, conocido como la Feriona, en donde se congregaron 400 puestos ambulantes ubicados por la avenida del Bierzo, Constantino Gancedo y sus aledañas, venidos de distintas comunidades autónomas como Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. Desde primera hora de la mañana las calles se fueron llenando de gente poco a poco a pesar de la lluvia caída durante todo el día.

Este año la muestra ha tenido un menor número de visitas, y eso ha podido ser consecuencia de la adversidad de las condiciones climatológicas y al coincidir con un día en mitad de la semana. La variedad de productos que se ofertaron en su mayor parte, artículos de alimentación, textil o calzado, sin descontar los de ferretería y artesanía. Y no se podía olvidar del producto estrella de esta feria, el ajo debido a que es un alimento usado en las matanzas del cerdo en fechas próximas.

El recinto ferial por su parte ha recibido la visita de numeroso viandantes que quería ver la variedad de gallinas que se exponían, en total 70 tipos diferentes, o bien las reses vacunas o equinas, y que los ganaderos no sólo mostraban sus productos sino que también sirve para realizar alguna transacción. La muestra en este recinto se completó con los mastines, en done participaron un total de 9 criadores de la zona con dos ejemplares cada uno, sirviendo como escaparate.

El plato del día fue el pulpo «a feira» regado por un buen vino que se pudo degustar en las pulperías y los bares de la comarca.

A pesar de la lluvia los puestos estuvieron muy animados. ARAUJO -

NOTICIA: En memoria de las legumbres que alimentan León

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Cultivadas en la provincia y con sello de calidad, alubia, lenteja y garbanzo reciben el respaldo de artistas y la oda de los fogones.

Ramón Villa, Cristina Fanjul, José Luis Puerto y Javier Lagartos,
ayer en el homenaje. MARCIANO -

A.G.P. | REDACCIÓN
Cultura y gastronomía, alimentación y arte. Un binomio estrechamente ligado que ayer protagonizó el momento más evocador de la cuarta jornada de la Feria de los Productos de León. Bajo la batuta de la periodista de Diario de León Cristina Fanjul, tres hombres ligados a la creación en la provincia homenajearon a las legumbres de la tierra en su año internacional. La reportera buceó con su mirada experta en ejemplos de la literatura universal donde la comida forma parte del alma de la novela, del ser de sus personajes.

El poeta y etnógrafo José Luis Puerto dedicó sus palabras a la lenteja y la cultura gastronómica. Recordó que en las páginas de dos de los libros más importantes de todos los tiempos, El Génesis y El Quijote, aparece esta legumbre. El pintor Ramón Villa realizó una oda a la alubia a través de los bodegones y el investigador Javier Lagartos descendió a hechos cotidianos ligados al garbanzo como utensilios de cocina y el refranero popular.

Las tres legumbres de la despensa autóctona leonesa cuentan con sello de calidad y forman parte de la nómina de productos de la tierra con proyección fuera de las fronteras provinciales: las IGP Lenteja de Tierra de Campos y Alubia de La Bañeza y el Garbanzo de Pico Pardal (con promotora pro-DO).

En la cuarta jornada de la feria también el queso tuvo protagonismo a través de la presentación de las diversas y singulares creaciones de los artesanos integrados en la Asociación de Productores de Quesos de León. Con la iniciativa ‘Escenificación de Quesos’, el chef Juanjo Pérez, de Cocinandos, ensalzó la fortaleza de estas elaboraciones en los fogones.

En el penúltimo día, además, un taller popular de elaboración de hidromiel y degustación popular de la cecina de chivo de Vegacervera, en plena temporada del producto en la cocina de la montaña de la provincia, un símbolo del otoño leonés.

NOTICIA: "Tiempo de sonajeros"

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José Mari ‘El cestero’ de Corniero, es uno de los clásicos de esta artesanía, a la que se dedica en cuerpo y alma en la soledad de su pueblo de montaña. Tampoco son buenos tiempos para este oficio y él lo resume con humor: "Vendemos sonajeros".

José Mari, ‘el cestero’ de Corniero, rodeado de algunas de las piezas que crea:
papeleras, cestas de todos los tamaños, sonajeros. | MAURICIO PEÑA

Fulgencio Fernández | 16/10/2016
lanuevacronica.com
Dedicaba Toño Morala el último de sus preciosos reportajes semanales a los artesanos cesteros, en general, y los derivados a los que se vienen dedicando estas buenas gentes.

Leyendo a Toño, recorriendo las vidas de estas gentes, recordamos que en el almacén de las gentes que te vas encontrando por el camino dormía un ejemplo que ni pintado para el reportaje, José Mari, ‘El cestero de Corniero’, un artesano a tiempo completo y más desde que un grave accidente trabajando en la presa del pantano de Riaño le impida otros trabajos de más exigencia física. «En realidad lo mío siempre había sido la cestería, la artesanía, pero no siempre estás cosas te dan para vivir y había que andar a otras cosas, pero yo donde realmente estoy a gusto es en mi taller, con mis cosas».

- No siempre fueron buenos tiempos para la artesanía, ¿lo son ahora?

 - No, ni mucho menos. Ahora es muy complicado darle salida a estos cestos grandes que ves por ahí, o a estas papeleras grandes. Igual vendes una al año, vamos tirando con estas cosas pequeñas para recuerdos o cestos para los huevos y, sobre todo, para ir a setas, que hay mucha afición a cogerlas. Lo que mejor salida tiene son los sonajeros, parece una broma pero es la realidad. No son caros y ya se sabe que para los niños se escatima mucho menos y lo lleva mucha gente para regalos, para detalles...

- La vida es como los tiempos, de sonajeros.

Sonríe y otro artesano con un puesto cercano en una feria abunda en darle la razón y remata con un refrán: «Ya se sabe, gente de Oviedo, gaita y tambor». 

- No son de Oviedo los malos.

- De los chinos ni hablamos.

Y ahí coinciden en su sonrisa cómplice. No son tiempos de buscar el trabajo bien hecho y bien rematado, cuidado, a mano, con tiempo... «Nunca falta quien te diga aquello de estos en los chinos cuesta 4 euros».

- Y en el todo a 100... pues 100 pesetas, aunque ya no las haya. 
No son los tiempos de alas gentes que entienden la vida con la tranquilidad y la paciencia que la afronta José Mari, ‘el cestero’ de Corniero, un artesano que ha convivido con el oficio desde niño, cuando iba al río o a los arbustos del pueblo a hacerse con juncos para seguir todo el proceso. «Ahora ya los compro, me sale más rentable porque el río está impracticable, no te puedes acercar porque es un bosque y, además, ahora está prohibido todo, no se puede cortar nada en la orilla». Lo dice y hace un gesto como de no entender nada. Realmente no lo entiende pero hay muy pocas cosas que parezcan sacar de quicio a este cestero de Corniero.


Cuando sí tuerce el gesto y su rostro se entristece es al preguntarle por una fecha y un lugar, el pantano de Riaño, las obras de construcción de la presa que anegó el valle. «Fui a trabajar allí, como tanta gente de esta comarca y tuve un accidente terrible, caí desde el alto y creo que paré en un andamio pero ya a muchos metros... No sé cómo no me maté».

Da apuro hacerle hablar de ellos. Las lesiones fueron muy graves, las secuelas también, estuvo sin conocimiento... 

Pero lo cuenta, regresó a su pueblo, a su gente, a sus conversaciones y paseos y allí fue recobrando las ganas de volver a trabajar, de ser nuevamente «el cestero de Corniero». Y lo es.

El verano ha sido la época de mayor actividad. Hay un buen número de ferias y mercados de todo tipo en los que José Mari es un habitual , en estas fechas ha ido participando en las últimas ferias que «el invierno ya se viene asomando por detrás de La Pintas».

- ¿Ventas?

- Vamos tirando, ya te lo dije, son tiempos de sonajeros.

Llegan los días de tranquilidad en Corniero, de paseos cuando lo permite el tiempo y, sobre todo, de horas de tranquilidad en el taller, el portalón o lo que sea. Sólo interrumpidas por las conversaciones, que José Mari siempre tiene la puerta abierta, la conversación dispuesta y las explicaciones a punto sobre los misterios de ese viejo oficio artesano de cestero.

- Pero, ¿no serían sólo lo chinos?

- Claro que no, fue la vida, la responsable fue la vida ¿Tu ves ahora a alguien recogiendo las patatas con los cestos de toda la vida? Sólo para ese trabajo hacíamos muchísimos cestos, más de los que salen ahora en años y años.

Y, mientras tanto, el que sigue ahí es el artesano, el cestero, ese hombre tranquilo al que llaman José Mari, ‘el cestero de Corniero’.Porque lo es.

PIEZA DEL MES DE OCTUBRE

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     La bodega. Los espacios del Vino

Investigador: Luis Vicente Elías Pastor
                      Doctor en Antropología. Experto en cultura del vino.

Domingo, 23 de octubre 18,30 h.

 Área 14 El alimento y su producción. Planta Primera. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas. Actividad Gratuita



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, programa en el mes de octubre para la actividad “Pieza del Mes” la disertación sobre la maqueta de una bodega subterránea leonesa exhibida actualmente en el área del alimento y su producción. En esta ocasión el riojano Luis Vicente Elías Pastor, Doctor en Antropología, experto en cultura del vino y autor de múltiples libros y artículos de investigación sobre este tema en particular será quien nos hable del patrimonio cultural de la vid y del vino a través de una visión fundamentalmente espacial.

La bodega subterránea como espacio de producción es el lugar grupal tradicional familiar de elaboración y transformación de la materia prima, la uva (en sus diferentes variedades, que por resumir históricamente en León se concentraban en mayor medida la Mencía en El Bierzo y la Prieto Picudo en el Sur de León) en sus diferentes productos elaborados (vinos, vinagres, alcoholes, etc.) destinados fundamentalmente al autoconsumo.
   
Uva Mencía. Foto Mas

La disposición de conjuntos agrupados de distintas bodegas familiares en lugares específicos del entorno de los pueblos, normalmente alejados de las casas y sin estructuras arquitectónicas superiores más allá de las cumbreras que conforman la excavación de las propias bodegas conforman un paisaje característico propio de los páramos, penillanuras y piedemontes del Sur de León (y otras áreas limítrofes).
Los elementos visualmente más representativos de las bodegas son tanto sus fachadas construidas sobre un corte a plomo en el desnivel del terreno en clara pendiente, sus cumbreras abombadas producidas por el vertido de las terreras producidas en la excavación interior de la propia bodega, así como las zarzeras o pozos de ventilación que culminan al exterior en chimeneas de caperuza troncopiramidal así como algunas de tendencia cuadrangular (para facilitar la descarga superior de la materia prima).

Estructuralmente la bodega se distribuye desde su portada, habitualmente construida en ladrillo, rematada a modo de frontón triangular o curvo, con puerta de madera provista de rejilla de ventilación por la que se accede bien en las de profundidad a un estrecho y largo pasillo descendente que desemboca en una gran estancia donde se sitúa el lagar, sus estructuras y artilugios asociados (cubetas de pisado, decantación, oxigenado, pozos ciegos, así como prensas, cubas y utensilios relacionados con el embasado de los distintos líquidos resultantes); si bien en las más superficiales se accede directamente al lagar o a una sala que lo precede (es en estas últimas donde podemos apreciar alguna variante resultante de la existencia de ventanas propiamente dichas hacia algún lateral de la portada).

Bodega de Fontecha del Páramo.

En el propio lagarse distribuyen diversas cubetas y pozos, así como en las paredes suelen practicarse hornacinas de distinto tamaño asociadas a la disposición de cubas o espacios de almacenamiento, cuando no practicando nuevas galerías y correspondientes hornacinas según el volumen, necesidades de almacenamiento requeridas o incluso posibilidades de ampliación laterales (sin entrar en conflicto con otras bodegas excavadas). En las distintas salas suelen realizarse las ya aludidas troneras de ventilación para favorecer la evacuación del anhídrido carbónico que se produce durante la fermentación, así como alguna de mayor calado que aludíamos a su funcionalidad de carga por vertido superior.

El lagar con el prensado de la uva.
Prensadas las uvas, el mosto cae en la lagareta, en este
caso a través de una teja. Bodega Velilla de los Oteros.

La panoplia de utensilios, mobiliario e iluminación suele ser reducida. Al tratarse de un lugar de producción, la omnipresente prensa de gran tamaño suele ocupar un espacio profuso en la sala principal. A este tipo de utillaje debemos de agregar distintos artilugios como encorchadoras, pipas, cubas, limpiadoras, cubetas, etc. que facilitan los distintos tipos de almacenaje y transformación, así como también la presencia de elementos simples de iluminación a base de cera, aceites o alcoholes.



El complementario uso social que también poseía la bodega (o que fue adquiriendo progresivamente durante toda su historia), ha hecho que favoreciera la existencia de cierto mobiliario y ajuar tendente a la corta estancia y algo más en el desarrollo de lo que popularmente se denominaban “las meriendas”, como lugar de reunión en torno a compartir “un vino” y lo más unas viandas, en la que la participación resulta casi exclusivamente masculina (hasta el último cuarto del siglo XX asociado a tabúes culturales restrictivos de espacios de reserva y reunión, autojustificados en posibles alteraciones fitosanitarias o alimentarias de los productos), que suplían las veces de lo que más tarde serían bares, teleclubs, tabernas, peñas, etc. como lugares de agrupación local, hitos de reunión y adhesión donde se tejen las necesarias redes sociales clientelares, familiares, etc. así como lugar de discusión y cierre de transacciones, mentideros o celebración de hitos festivos en el ciclo del calendario agrícola anual.


Pero también es cierto que como Espacio de Producción, éste llega más allá de la Bodega. Partiendo de las primeras labores de la Vendimia, en los momentos en los que la tecnificación aún no ha afectado a dichas labores de recolección, se hacía necesaria la participación de toda la unidad familiar (sin distinción de edad o sexo), que podría ser ampliada (incluso varias unidades), tejiendo redes de ayuda mutua que se desarrollaban en torno a los primeros momentos del otoño en que comenzaba la vendimia de los denominados aquí “barcillares” (o varcillares) hasta el prensado de la uva. Si bien el trabajo final del embasado y cuidado para los distintos tipos de fermentación y trasvase o encubado (labor que se continuaba en el tiempo estacional, anual o plurianual, mediante las consabidas crianzas y reservas o bien traslado de la “madre” de los vinagres), así como la disposición final en botellas y su encorchado, era ya realizado de forma exclusiva y consuetudinaria por el Pater Familias ayudado por los hijos varones de mayor edad.

El mosto dentro de  la cuba.



Finalmente reseñar aquí que solamente en algunas de estas bodegas y de forma complementaria también se produjo el destilado del alcohol mediante alquitaras y alambiques, tanto para la elaboración de sus distintas variantes de orujos y licores como por sus propiedades astringentes, curativas y conservadoras.

La bodega representa por lo tanto la socialización de un lugar de trabajo, añadiendo hitos de cohesión social, familiar y grupal donde el espacio del vino adquiere tintes sagrados de tipo civil. Pero éste no es su único territorio, puesto que debemos partir del análisis del espacio de producción del viñedo como elemento generador del Paisaje, analizando el territorio, las condiciones medioambientales, las formaciones de las cepas tanto horizontales como verticales así como los elementos complementarios como cercados, accesos, terrazas, bancales, chozos, cobijos y otras construcciones tradicionales; todo desde un planteamiento basado en la máxima de que “el trabajo de la viña ha ido modelando el paisaje a lo largo de los siglos”, conformándose el viñedo como un elemento patrimonial de gran importancia que llega a ser considerado en algunas zonas como Patrimonio de la Humanidad.

Una jarra de la bodega de Velilla de los
Oteros.

Y continúa más allá, puesto que el vino ha generado otros ámbitos de desarrollo nuevos o diferentes, que han evolucionado desde las antiguas cooperativas colectivas o bodegas unificadoras, ya de producción fabril, hasta formas tan punteras como las Estaciones Enológicas, las Granjas formativas o los actuales espacios de Turismo del Vino.

Esta charla por lo tanto supone un repaso etnográfico a los territorios de la vid y del vino, partiendo de la bodega como lugar de transformación de la uva de la mano de un investigador antropólogo especialista que nos ofrecerá otras visiones también extraleonesas que enriquecerán esta la nuestra, la Cultura del Vino.

Bodega. Foto Mas

COLABORACIÓN: ES TEMPORADA DE SETAS…

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De cardo, boletus, senderilla, San Jorge, níscalo…

"El mejor setero no es el que llega a casa con más cestas llenas, sino aquél que después de salir del bosque, no deja ningún resto o huella visible de su estancia"

Autor: Toño Morala

En el año 1961 ya se comercializaban setas en Castilla y León.
Hoy el otoño trae y tiene setas, muchas setas. Ya es temporada de setas, y andan los seteros con las cestas abiertas y navaja encorvados y con trajes de agua y botas cuando llueve. Ya les ves de lejos, mirando al suelo de tierra y poca hierba y matojos. Pero eso sí, hay que tener mucho cuidado y saber bastante de micología, esa ciencia que estudia setas y hongos; no se pueden coger a la ligera sin tener ni idea salvo que le metas a la barriga un buen susto lleno de retortijones y demás, e incluso la terrible muerte envenenado por las malas setas no comestibles. De ahí la necesidad de ante cualquier duda ponerse en contacto con las buenas gentes de asociaciones seteras y micológicas para que den su opinión sobre si son comestibles las recogidas en los buenos campos de nuestra provincia. León es un sitio magnífico para la recolección de estos manjares tan apreciados por los buenos paladares y gourmets. Hay buenos pinares y campos para las diferentes especies de hongos. El tiempo cuando acompaña, es un gran aliado para que nazcan sin ningún problema; algunos asocian la luna con el nacimiento y mejora del crecimiento de setas. Algo habrá cuando los entendidos hablan y comentan al respecto. “Con luna creciente cesto menguante, con luna menguante cesto abundante”, dice el refranero popular. 

Boletus de álamo a  esgalla, más de 50 kg.

Desde el inicio de los tiempos, los hongos y el hombre han ido evolucionando conjuntamente a lo largo de la vida. Los hongos han sido utilizados como alimentos, como elementos transformadores de los mismos, para la cura de enfermedades e incluso se han utilizado como sustancias alucinógenas en fiestas y ceremonias religiosas. Procedentes de las culturas prehistóricas han aparecido vestigios donde ya los pobladores europeos empleaban los hongos y setas. Los restos arqueológicos descubiertos han permitido rescatar de sus ropas y vestimentas, hongos secos utilizados como base para encender fuego y como alimentos propios, tal es el caso del hombre primitivo hallado congelado en los Alpes Suizos. Los relatos procedentes de la civilización Micénica hace unos 3.500 años, indican que su propio nombre puede deberse a una seta. Los egipcios ya tenían en cuenta a los hongos y podrían haberse utilizados con fines rituales, como así lo demuestra una pintura mural egipcia de la tumba del faraón Amenemhet que data de 1450 a. C. y también recogidos en forma molida en vasijas de las tumbas faraónicas, donde se les suponen fines curativos para realizar el gran viaje del muerto hacia la otra vida. Así mismo, producían pan y cerveza, en los que sus procesos de fermentación eran consecuencia de la intervención de hongos microscópicos. 

Riquísimos boletus y vadinias.

El naturalista romano Plinio el Viejo, establece en sus escritos las primeras normas para distinguir los hongos comestibles de los venenosos. Durante la Edad Media, como consecuencia de la enorme influencia religiosa, los conocimientos procedentes de los naturalistas griegos y romanos pasaron al olvido. Esta característica produjo un enorme retraso en el conocimiento de los hongos y aunque no se produjo ningún avance significativo en su conocimiento, sin embargo estuvieron muy presentes en la vida medieval. Su consumo además se vio afectado al aparecer el hongo parásito de los cereales (Claviceps purpúrea).

Una  cesta de Boletus reticulatus  y pinicula.

Una buena y correcta limpieza es fundamental. Si la riqueza y peculiaridad de aromas, sabores y texturas que poseen es lo que hace que las setas se consideren un manjar apetecible, las setas que más se han conseguido reproducir con éxito son los Champiñones (Agaricus bisporum) desde hace 100 años; el Pleorotus ostreatus (la seta “gris” de los supermercados), el Agrocibe Aegerita (seta de chopo) y en China y Japón el Shitake (Lentinus) que desde más de 200 años se consigue cultivar. A la hora de escoger los ejemplares para conservar hay que tener presentes algunas cosas; es necesario utilizar ejemplares jóvenes y no parasitados; debemos escaldarlos siempre al menos durante 5 minutos en agua hirviendo. Si se quieren setas congeladas en casa (las industriales es otro tema), esta forma de conservar se puede realizar de dos maneras, con las setas “al natural” o congelando las setas ya cocinadas. Hay que saber que las setas con láminas quedan algo peor y que no debemos de congelar las setas en crudo, y menos lavarlas, ya que al descongelarse se convertirán en una masa gelatinosa. En caso de querer congelar al natural, debemos escaldarlas, secarlas muy bien, y guardarlas en bolsas o recipientes especiales para congelador. Cuando congelemos setas cocinadas, debemos de hacerlo inmediatamente después de su preparación (una vez frías) y en un buen congelador.

Unas buenas setas


 Setas secas; aquí hay que hablar de nuestro gran amigo Simón López Quero, que allá en Valcuende las recoge y cuelga… no todas las setas valen para secarse. Hay que escoger setas que no sean parasitables (Rebozuelo; Marasmius; Colmenillas, Boletus en lonchas…). Si las setas no son muy gruesas las secaremos enteras, sino las laminaremos. El proceso de secado se puede realizar ensartando o atando las setas con hilo y colgándolas, o bien extendiéndolas sobre un papel de periódico o de embalar. En ambos casos hay que hacerlo en lugar seco y aireado. Una vez secas las podemos guardar en bolsas o tarros bien cerrados o bien molerlas para hacer polvo de setas, óptimo para condimentar guiso o sopas. Las setas secas hay que consumirlas en el año si no se ponen rancias. Estas son algunas de las setas comestibles que podemos encontrar por nuestra provincia: Boleto del pino, Bola de nieve, Champiñón, Hongo comestible, Matamoscas, Níscalo, Parasol, Pie azul, Seta de caña, Seta de chopo negra, Seta de los caballeros, Perrochico o Seta de San Jorge, Seta blanca dechopo, Seta de cardo, Senderilla....  Consejos; ante la mínima duda, no la coja. Si no está seguro de que es comestible, déjela o si la ha cogido tírela. No consuma las setas fermentadas, incluso las comestibles, podrían ser indigestas.

Setas de cardo

 No recoja todas las setas, deje siempre algunas para que así se dispersen sus esporas, y en los próximos años siga habiendo setas. Cortar las setas con navaja. No las arranque para no estropear el micelio subterráneo que en la próxima temporada dará más setas. No usar recipientes cerrados, utilizar cestas de mimbre abiertos (si tienen agujeros mejor) porque así reciben el aire y no fermentan tan rápidamente. Nunca utilice bolsas de plástico. Algunos de los buenos cocineros han puntuado de esta manera a las diferentes clases de setas; ponemos algunos ejemplos: Amanita cesaria (8-10), Agaricus campester (7-10), Boletus aereus (8-10), Boletus pinicola (8-10), Boletus reticulatus (8-10), Cantharellus cibarius (6-10), Coprinus comatus (6-10), Lactarius snguifluus (7-10), Macroepiota procera (8-10), Russula cyanoxanta (8-10), Tricholoma portentosum (8-10)… y así hasta un buen montón de setas riquísimas para cocinar de mil y una de maneras. 
Qué se puede decir…
 Boletus Pinicula.
                                             



Un ejemplar de Macrolepiota.













Y ahora tenemos que hablar de este gran amigo, Ángel Pescador; setero, gran cocinero y mejor persona, y que nos pone siempre de tapas en su taberna de Mansilla, desde buenísimas tortillas de patatas, cebolla y varias clases de boletus, ensaladas varias en crudo con manzana, kiwi, e incluso con melocotones de su propia cosecha. Unos revueltos de setas varias con huevo a la plancha que quita el hipo a un dinosaurio, y varios guisotes con setas como ingrediente principal, y eso sí, siempre frescas, pues se levanta pronto y se marcha a ellas, y es muy difícil que venga de vacío; de esa manera, casi siempre tiene algo bueno que ofrecer y además muy abundante. A las buenas setas… “A la plancha o revueltas, son una caricia que el paladar aprecia. Delicado manjar de carne carnosa… un emparedado de Macrolepiota. Guisadas con patatas o gratinadas con puerros, espero que te gusten. ¡Y buen provecho!”.

Otra buena cesta de setas de San Jorge.

PIEZA DEL MES: NOVIEMBRE 2016

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“Sillón frailero. Del Convento al Museo”.

Investigador: Víctor M. del Pozo Gómez
                      Escritor. Ingeniero Informático

Sábado, 5 de noviembre 17,30 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita


La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, programa en el mes de noviembre para la actividad “Pieza del Mes” la disertación sobre un sillón frailero o silla de brazos. Esta pieza entró a formar parte de la colección del Museo por una donación que D. Luis Feijoo Ramos realizó en el año 2012. Este tipo de sillones se empezaron a utilizar en el siglo XVI, su denominación se debe a que su uso fue mayoritariamente en conventos aunque también se podía ver en casas de gente adinerada. Con el título, “Sillón frailero. Del Convento al Museo”, será Víctor M. del Pozo Gómez escritor e Ingeniero Informático el que nos introducirá en el origen y evolución de este tipo de mobiliario.

La silla tiene su origen en el trono con un significado simbólico de poder y autoridad como sede del monarca utilizándose con esta función ya en Asiria y Babilonia. Aunque son los egipciosrealmente los primeros que las utilizan en la vida cotidiana, eran ejemplares en madera tallada con respaldo alto, con cuatro patas rematadas en garras de león.  En la antigua Grecia el sillón aún no estaba introducido en el ámbito doméstico y su uso era puramente ceremonial. En los hogares griegos, encontramos el klismos, silla con cuatro patas y dos montantes elevados sobre el asiento que sostenían un travesaño curvo de apoyo a la altura de los hombros, respondiendo a una posición más natural de la persona que está sentada. En el imperio Romano, el gobierno de la ciudad de Roma correspondía a dos ediles plebe, y dos ediles curules. Estos últimos, utilizaban una silla curul, en forma de X, que era la silla del alto Magistrado. En la Edad Media, son los sillones los que más se  utilizan, introduciendo su empleo desde las categorías más elevadas, civiles y religiosas, a las clases burguesas. Con la llegada del Renacimiento a España, aparecen unos sillones de origen italiano y diseño característico que serán denominados fraileros. Este tipo de sillones formaron parte del mobiliario español durante los siglos XVI y XVII, volviéndose a utilizar en el siglo XIX dentro de la corriente historicista cuando muchos estilos de épocas pasadas como el rococó, renacentista, gótico, etc. volvieron a estar de moda. En nuestros días la fabricación de la silla ya es industrial y su fabricación en serie, prima la comodidad y la funcionalidad con múltiples diseños. Se utiliza todo tipo de materiales desde la madera, al acero, hierro forjado, materiales plásticos, etc.

El sillón elegido como pieza del mes de noviembre es del denominado sillón frailero. Presenta respaldo de cuero repujado con motivos vegetales que crecen en torno a una especie de medallón central. La clavazón metálica, floriforme, es presumiblemente de bronce. Llaman la atención las empuñaduras circulares que se aprecian al final de los brazos, así como el doble respaldo, con columnas de madera en la parte inferior, debajo del respaldo de cuero, algo atípico.

Esta pieza sirve a su vez como base para explicar por parte de Víctor M. del Pozo Gómez, la historia de otro sillón frailero que se encuentra en el Museo de Valladolid y que le sirvió como argumento para escribir su novela “El sillón del diablo”.

FERIA DE SAN MARTÍN 2016

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11 DE NOVIEMBRE DE 2016
Mansilla de las Mulas
Jornada de puertas abiertas en el Museo Etnográfico Provincial de León.


EXPOSICIÓN TEMPORAL.

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“INMATERIAL. PATRIMONIO Y MEMORIA COLECTIVA”.
  
Diputación de León. Museo Etnográfico Provincial de León.

FECHAS: 17 de noviembre 2016 – 12 de febrero 2017
INAUGURACIÓN: 17 de noviembre 12:00 h.
LUGAR: Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, programa para los meses de noviembre a febrero la Exposición Temporal Itinerantedenominada “INMATERIAL. PATRIMONIO Y MEMORIA COLECTIVA”, producida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el marco del Plan Nacional para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial por la Subdirección General del Instituto del Patrimonio Cultural de España y gestionado por el departamento de Promoción del Arte.

La exposición es un evocador recorrido por los orígenes del patrimonio inmaterial, a través de noventa y tres instantáneas de algunos de los fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes. Las imágenes seleccionadas para la exposición constituyen interpretaciones visuales de manifestaciones culturales diversas, realizadas desde una visión plural. Forman parte de esta exposición las fotografías de Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eutasio Villanueva, Aurelio Colmenares y Orgaz, Antonio Passaporte, Baltasar Cue, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero entre otros. Estas fotos proceden mayoritariamente de los fondos fotográficos generados en el Certamen de Fotografía sobre Cultura Popular como los custodiados en el archivo del Instituto del Patrimonio Cultural de España, probablemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes.

La participación del espectador se hace necesaria para añadir a las imágenes algo que está presente en ellas pero no de manera explícita. Las personas representadas en las fotografías, más allá de su apariencia física, se relacionan entre ellas e interactúan en diferentes lugares, ya sean festivos, laborales o domésticos.

María Pía Timón Tiemblo, Etnóloga del Instituto del Patrimonio Cultural y Antonio Muñoz Carrión, Doctor en Sociología, comisarios de esta exposición, han dispuesto una estructura temática en once grupos que muestran las manifestaciones más importantes del patrimonio inmaterial: la transmisión de la cultura, los protagonistas de la trasmisión, la sociabilidad y sus escenarios, el agua, la alimentación, el pastoreo, el transporte, la alfarería, los oficios ambulantes, la pesca y los rituales festivos.

El Museo Etnográfico Provincial de León se suma al principal objetivo de esta exposición que es celebrar la riqueza de las tradiciones culturales españolas que constituyen la esencia de lo que denominamos el “Patrimonio Cultural Inmaterial”, un conjunto de bienes culturales que cuenta con el reconocimiento de la UNESCO.

NOTICIA: Fotografías para hacer memoria

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El Museo Etnográfico abre mañana ‘Inmaterial’, una muestra de excepción.

Carreta cargada de tinajas en una imagen tomada en Murcia en 1871.
 Es una de las 93 fotos de esta exposición. J. LAURENT

MARCELINO CUEVAS | LEÓN
El Museo Etnográfico de León con sede en Mansilla de las Mulas inaugura mañana jueves la exposición fotográfica Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva, que ha patrocinado el Ministerio de Educación y Cultura y que incluye imágenes de los más prestigiosos fotógrafos españoles, o residentes en España, de muy distintas épocas. Entre ellos figuran Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eustaquio Villanueva, Aurelio de Colmenares, Antonio Passaporte, Baltasar Cué, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero. A todos ellos les une su interés por las expresiones vivas de la cultura, las cuales supieron captar creando un legado de riqueza incalculable.

La exposición se divide en once apartados que hacen un repaso por las manifestaciones más importantes del patrimonio inmaterial. Las fotografías aparecen en la muestra ordenadas por grupos temáticos, no cronológicamente, ofreciendo un mosaico diacrónico dentro del que las imágenes dialogan entre sí hasta extraer los principales motores, a lo largo del tiempo, de la transmisión del conocimiento y de la identidad en cada contexto de la actividad humana.

Reúne la exposición un total de 93 fotografías, todas ellas proceden de los fondos fotográficos custodiados en el Archivo del Patrimonio Cultural de España, posiblemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes. María Pía Timón Tiemblo, etnóloga, y Antonio Muñoz Carrión, doctor en sociología, son los comisarios de una muestra con la que el Museo Etnográfico de León se suma al objetivo de preservar la riqueza de las tradiciones españolas que constituyen la esencia del Patrimonio Cultural Inmaterial, un conjunto de bienes que cuenta con el reconocimiento de la Unesco.

Javier Lagartos, Miguel Ángel Fernández y Adolfo Alonso. CUEVAS

MÚSICA CORAL: CORAL ISIDORIANA

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Actividad gratuita hasta completar aforo en el Museo Etnográfico Provincial de León.

Sábado, 26 de noviembre, a las 18:00 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas.  

  El Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, dentro del programa denominado MUMUSET (Música Museo Etnográfico) creado con el deseo de introducir de manera activa a jóvenes y adultos en el uso musical del Museo, continúa su programación musical con una serie de Conciertos Corales durante el último trimestre del año.

En esta ocasión será La Coral Isidoriana quien nos acompañe con sus ya amplios repertorios desde su fundación en 1962 por Felipe Magdaleno Bausela, en la Real Colegiata de San Isidoro de León, y actualmente dirigida por Teodomiro Álvarez García. La música sacra y la música popular han estado presentes en su repertorio desde los mismos inicios, siendo además el coro titular de la Basílica de San Isidoro de León donde participa en las celebraciones litúrgicas más solemnes. Ha ofrecido conciertos en innumerables lugares de la provincia de León y resto de España, destacando su participación en Festivales, como el “Otoño Polifónico Arandino”, el “Villa de Avilés”, el “Certamen de Ejea de los Caballeros”, el “Ciclo Coral Internacional” de Polanco (Cantabria), etc.… habiendo colaborado en varias ocasiones con la “Orquesta Ciudad de León”, y con otros coros leoneses. En especial resulta cada año el concierto que ofrece en la tarde del Sábado Santo.

En su trayectoria la Coral también abordó el cancionero popular grabando diversos temas contribuyendo así a perpetuar su recuerdo en la memoria comunitaria. En los últimos años, ha continuado trabajando en este campo de la grabación, dejando como resultados varios CDs de cantos religiosos, así como alguno de cantos populares, además de tres CDs de villancicos.

Para conmemorar que este año se celebra el 400 aniversario de la muerte del Quijote dentro de su programa cuentan con títulos como: Al brillo de la luna de J. Brahms. Epitafios: A la sepultura de D. Quijote.  A la sepultura de Dulcinea de E. Halffter o Hasta los mancos de S. Ruiz de Luna. Dentro del título “Los caminos del norte” nos deleitarán con temas como: Negra sombra de J. Montes. Maitia, nun zirá? de J. Uruñuela. Extiende la red de A. Ruiz Martínez y Atardecer de E. M. Torner.

En temas relacionados con la cultura inmaterial leonesa tenemos títulos como: Tonada de ronda de A. Barja. Río arriba, río abajo de A. Barja y Eres como la nieve de C. Halffter. Además de títulos como: La palomita de S. Salaberri o Era una flor de J. Romo.


Es por ello que les invitamos a asistir a este concierto de Música Coral, que podrán complementar con la visita a la Exposición Temporal“Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva”, que puede ser visitada en el Museo Etnográfico Provincial de León hasta el 12 de febrero. La exposición es un evocador recorrido por los orígenes del patrimonio inmaterial, a través de noventa y tres instantáneas de algunos fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes. Forman parte de esta exposición las fotografías de Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eutasio Villanueva, Aurelio Colmenares y Orgaz, Antonio Passaporte, Baltasar Cue, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero entre otros. Estas fotos proceden mayoritariamente de los fondos fotográficos del Instituto del Patrimonio Cultural de España, probablemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes.

NOTICIA: Unidos por la tradición

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La feria se Santa Catalina congrega a más de medio centenar de stands y permite recrear y explicar el proceso de la matanza del cerdo .

Los dos goches serán cocinados y degustados hoy. CAMPOS -

JOSÉ Mª CAMPOS | CISTIERNA
La villa de Cistierna celebra la XXI feria de Santa Catalina y las XIV jornadas de la matanza con unos actos que se iniciaron ayer a las 10.30 horas con la degustación de la parva, es decir, orujo, mistela y pastas. Mientras ,la asociación de empresarios agroalimentarios de Cistierna hizo la presentación de las empresas participantes en el concurso de bodegones. Poco antes del mediodía llegaron los dos gochos muertos al reciento ferial y se inició el chamuscado y preparación.

Amedida que se realizaba la preparación de los gochos se iba explicando cómo se realizaba el proceso de la matanza hace años como por ejemplo la limpieza que se hacía chamuscando al animal con paja. Algunos niños participaron en la quema del gocho. Poco a poco se fueron sacando todas las piezas del animal para la elaboración de morcilla, jijas y carne. Este año el Ayuntamiento ha decidido no subasta el animal sino que será cocinado y degustado hoy. El numeroso público asistentes al recinto ferial situado en la plaza cubierta Carlos Álvarez pudo adquirir y degustar una amplia variedad de productos agroalimentarios en más de medio centenar de stands.

Por la tarde se celebró un taller sobre tradiciones de los pueblos. Se presentó el libro de Luis Carrizo “Entre todos la mataron” que habla sobre las tradición de la matanza, con la presencia del historiador Siro Sanz. La jornada finalizó con un magosto de castaña, sopara de ajo y la actuación de la banda de música de Cistierna.

Hoy domingo el recinto ferial acogerá un encuentro de pendones de la provincia don la presencia de más de medio centenar. Realizarán un desfile acompañados por el grupo de danzas “Peñacorada” de Cistierna. A las 14,30 horas se podrá degustar productos del cerdo. Por la tarde a las 17,00 horas se hará la entrega de premios y sorteo de los bodegones.

COLABORACIÓN: Los platos de cuchara leoneses…

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Autor: Toño Morala

Cocido leonés, el plato de la tierra
El frío a raya con las ricas lentejas, alubias de todo tipo, arbejos, garbanzos…patatas viudas…sopas de ajo…

Si las mis abuelas vivieran y vieran que escribo sobre los ricos platos de cuchara de la tierruca, me daban de collejas hasta echarme al corral con las gallinas y los pollos… ¡Qué sabrá el nuestro Toño de estas cosas, si solo aparecía por casa para llenar la barriga y dormir poco! Ya, pero la necesidad agudiza el ingenio, y he aprendido a cocinar estos platos con mucha paciencia y preguntando a las abuelas de los pueblos, y a mi señora suegra Aurora de la Sobarriba, que de estos platos sabe la intemerata; era capaz de hacer, en tiempos muy jodidos, patatas sin patatas… y qué ricas que estaban me cuenta la mi mujer, que también cocina bien; pero nada que ver con los mis cocidos con lengua curada, oreja salada, pata de cerdo, carne de vaca, tocino entreverado, chorizos… rabo cuando lo hay, un pedazo de costilla adobada de cerdo o de chivo, espinazo… morcilla pinchada y en pota aparte, porque a los jóvenes de la casa no les gusta… allá ellos y ellas. 

El Botillo de El Bierzo.

Y les cuento también que echo a remojo los garbanzos con sal y laurel, y a desalar en balde aparte lo salado; y confieso que lo hago todo en la olla rápida… que queda de maravilla, pero lleva su tiempo. Primero meto en la olla lo que más tarda en cocer, o sea, la pata de cerdo, la oreja, el tocino, y la carne de vaca; luego meto la lengua, los chorizos y las costillas… y el rabo. Después de su tiempo necesario, lo saco todo ya cocido a una pota grande, cuelo el caldo y sobre él apechugo los garbanzos; diez minutos antes de la cocción completa, abro de nuevo la olla y le meto para allá un par de zanahorias y un puerro, y unas patatas cortadas en cachelos… y ya está. Ahora quito los garbanzos con un poco de caldo a la otra pota grande con el compango y que se mantenga caliente a la orilla de la cocina económica, la número siete. Vuelvo a colar el caldo… y hago una sopina de fideos de los gordos, del número cuatro, a fuego lento y poca cantidad. La berza o repollo ya está con la morcilla encima. Los rellenos en esta casa hay que hacerlos de dos clases, unos solo con pan, caldo y huevo… y los otros con ajo, perejil… unos light para los que no pasaron calamidades, o sea los jóvenes de la casa, y el resto para los que comíamos las piedras de las lentejas con ellas. A todo esto hay que meterle un vasín de vino de la tierra, tinto mejor… luego una naranja para desengrasar algo las entrañas, un café de puchero… y cuidado con las siestas que las carga el diablo. Las abuelas antaño, cogían la llave grande de la casa en la mano, y apoyada sobre las afueras de la mesa… y cuando la llave caía al suelo, fuera siesta. 

Plato típico de Villamontán de la Valduerna, no hay más explicaciones.

Independientemente de esta historia culinaria, la nuestra tierra hace legumbres de una calidad fantástica; todo el páramo leonés, el sur… y algunas tierras perdidas por ahí, prenden en sus adentros las semillas, se enroscan al frío, al agua y al sol; y allá por agosto, se cosechan y se ponen a secar. Más de un centenar de municipios rodean los campos donde cada año se cultivan, en 120 hectáreas de tierra, las alubias de La Bañeza. Las lluvias, el clima y las manos maestras y artesanas que mantienen la tradición centenaria de su cultivo son los responsables directos de esta legumbre leonesa.

Alubias de La Bañeza.
 Las alubias de La Bañeza aportan a nuestra dieta un contenido en hidratos de carbono, proteínas de origen vegetal, fibra y un bajo contenido en lípidos. “Desde finales del siglo XIX se comercializaban y exportaban alubias en La Bañeza, resultando de ello un gran impulso al crecimiento y desarrollo de la población. En los primeros días del mes de octubre de 1931 alertaba “La Opinión” a los labradores bañezanos y de la comarca y a sus sociedades de la importación de alubia foránea, “que tanto perjudicará sus intereses”, y los convocaba a defenderlos tratando de conseguir para tal emblemático producto la necesaria protección arancelaria. Desde el mismo semanario se clama de nuevo el 14 de enero de 1932, en plena República, por la defensa a través de la propaganda de la afamada alubia bañezana (que llenaba por entonces, se dice, sacos vendidos como procedentes del reconocido Barco de Ávila), y se propone celebrar periódicas fiestas de la alubia para ensalzar y difundir tan singular producto, incitando a defender también los excelentes y apreciados vinos de la tierra mediante la creación de una escuela de catadores y la adecuada publicidad de sus virtudes”. Ahí queda eso.

Diferentes alubias de nuestra tierra, La Bañeza…

 El 15 de enero de 1936, la Unión de Productores Agrícolas Leoneses convocaba a los labradores y exportadores de alubias de la provincia a la gran asamblea que el domingo 19 se iba a celebrar en La Bañeza, y en la primera semana de abril los campesinos riberanos estaban preocupados con la pertinacia de las lluvias, tan perjudiciales para las labores agrícolas, con el mercado de alubias cayendo vertiginosamente y la cosecha de dos años sin vender, lo que genera una crisis económica que repercute en el comercio y la industria y hace que aumente el paro obrero, invadiendo la paz del campo un malestar general, agrandado al comienzo de mayo, cuando “al desempleo no se le ve remedio por ahora, siendo muchos los obreros que piden en la plaza, y más los ocupados que no ganan lo suficiente para alimentar a su familia”. Tela marinera. 

Desde los albores de la civilización, las legumbres aparecen asociadas, junto a los cereales, a los primeros signos de desarrollo gastronómico de los seres humanos, que hasta entonces se limitaban a comer frutos silvestres y, todo lo más, dorar al calor del fuego alguna pieza de caza. Desde la civilización egipcia hasta nuestros días, la presencia de garbanzos y lentejas ha sido permanente en nuestra alimentación. A estas legumbres se incorporarán posteriormente las alubias o judías que llegaron procedentes del Nuevo Mundo y que pronto se asentarían con fuerza en las mesas mediterráneas. 


 Los garbanzos provienen de Asia Occidental, pero pronto se popularizaron en el Mediterráneo y la India. Los fenicios los introdujeron en España, donde se convirtieron en un elemento habitual de la cocina. El simbolismo de las legumbres. Los antiguos egipcios llamaban al lugar en el que las almas de los muertos esperaban a la resurrección “el campo de alubias”. Es posible que el tabú de los órficos respecto a las legumbres se debiera a este simbolismo. En Grecia y Roma simbolizaban la muerte y las bendiciones de los que descansan bajo tierra. Plinio consideraba que había algo del alma de los antepasados en las legumbres. Los sacrificios con ellas eran una forma de comunicarse con el inframundo.
Patatas viudas… qué buenas.

Sobre el cocido maragato… “Hace mucho, mucho tiempo, cuando nuestra cultura era todavía muy joven ya surcaban estas tierras los primeros peregrinos llegados de la Europa Medieval. Aquellos que traían en el petate, además de su sabiduría, unas costumbres culinarias que no tardarían en arraigarse y adaptarse a estas latitudes. Esta es la razón de las similitudes que podemos encontrar entre los sabores y texturas más genuinos de nuestra cocina y los aportados por los recetarios tradicionales europeos. Históricamente el Camino de Santiago está ligado a todos los ámbitos de la cultura y, entre ellos, el gastronómico, pues el buen comer siempre ha sido un requisito fundamental para el peregrino que pretendía culminar cada etapa con éxito. Y qué mejor excusa que la de compartir mesa y mantel para escenificar esos momentos en los que, al olor de suculentas viandas, se intercambian historias, vivencias y confidencias”.

A la rica lenteja  pardina leonesa.

Como todas las legumbres, las lentejas (si las quieres bien, y si no las dejas), tienen un sólido arraigo en el panorama cultural gastronómico. La pardina, junto a la verdina y castellana tenían y tienen un papel muy importante en la dieta alimenticia de la población. Era tal que se hablaba de ellas, y en general de las legumbres, como "la carne de los pobres". Es por ello que en todas las casas de labor se sembraba siempre lentejas para el consumo doméstico y junto a los garbanzos, para el pago en "especie" de jornaleros. Con todo, no podemos dejar de señalar que la legumbre básica en la alimentación era el garbanzo, y la lenteja se consumía de forma más excepcional. Su siembra tenía la virtud de aprovechar la hoja de barbecho y restituir nutrientes, por lo que se adaptaba muy bien a las condiciones de producción imperantes. Por otro lado, la paja era muy valorada para la alimentación animal. No es de extrañar, dadas estas circunstancias, que en la mayor parte de los pueblos durante el siglo XIX, las lentejas aparezcan junto al trigo candeal, así como cebada, avena, centeno, etc., el vino y otras leguminosas. Pese a su difusión tradicional por amplias zonas de las llanuras, e incluso de las montañas de León, actualmente su cultivo está muy localizado en la comarca leonesa de Los Oteros.


Los guisantes fueron otra comida elemental para griegos, romanos y egipcios. Se cultivaban en grandes cantidades en la Cuenca Mediterránea, el Valle del Nilo y las regiones montañosas de Asia. Por nuestra montaña se hace un buen cocido de arbejos, y con su caldo, unas buenas sopas de pan. Una de las anécdotas de guisantes; no podemos dejar de nombrar a Gregor Mendel, que con sus experimentos con estas plantas sembró las bases de la genética. De las sopas de ajo y otros platos ya hemos hablado anteriormente… y recuerden… “Mientras comas bien y peas fuerte, ríete de la muerte”.


NOTICIA: Historia de la calle que dejó de ser estrecha

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La calle Ancha unos cuantos años atrás. ARCHIVO -

El próximo martes, Juan Carlos Ponga presentará su libro ‘La calle Ancha... desde que era estrecha’, una exhaustiva radiografía del vial más popular de León desde los costosos inicios de su ‘alineación’ hasta nuestros días. La obra, que se hará acompañar de una exposición de dibujos en el Palacio de Gaviria, abunda en anécdotas, nombres propios y comercios emblemáticos.

E. GANCEDO | LEÓN
He aquí un libro para leer arriba y abajo... y vuelta a empezar. Un libro que narra la historia de la calle más transitada de León, la que más paseos, saludos, tratos, transacciones, ajetreos, amores, desamores y hasta traiciones ha contenido entre sus viejas esquinas; el serpenteo más entrañable de la ciudad, el que va de la plaza de Santo Domingo al súbito asombro de la Catedral. Su propio nombre es ya singular y mueve a la curiosidad o a la sonrisa: calle Ancha.

El experto en urbanismo Juan Carlos Ponga presentará dentro de una semana, el martes 20 a las 20.00 horas en el Palacio de Gaviria, una obra que le ha mantenido ocupado durante los últimos años husmeando todo tipo de documentos municipales y actas notariales relacionadas con una vía que era antaño tan estrecha y sinuosa como las demás de su entorno y que fue «la primera que se ensanchó», como recuerda este veterano investigador de las cosas leonesas. Publicado por el sello Cultural Norte, el libro incluye imágenes, ilustraciones, anécdotas y muchos nombres propios —de personas y de comercios— soldados a fuego en la memoria de la ciudad. «Es curioso comprobar cómo los establecimientos se van sucediendo unos a otros, donde antes había un zapatería se abre otra, y donde antes trabajaba un sastre se instala otro, por aquello de seguir con la costumbre», declara Ponga, quien también se deleitó rastreando las largas y perezosas labores de alineación de la calle —sucesivas expropiaciones, derribos, construcciones—, iniciadas en 1862 y concluidas en los años cincuenta del siglo XX. Compraventas de las que brotan, una y otra vez, los apellidos de quienes regentaron por décadas la trastienda de la ciudad (los Roldán, Valbuena, Merino, etcétera) y desventuras diversas como el pavoroso incendio que en 1906 destruyó el Hotel París.

«El único comercio que se ha mantenido durante todo este tiempo, aun con remodelaciones y cambios de propietario, es el Café Victoria, que toma su nombre no de la victoria franquista en la guerra civil como algunos piensan sino de la cercana capilla del Cristo de la Victoria, por cierto antaño más grande, hubo mucha polémica con el actual diseño de Demetrio de los Ríos», explica Ponga, siempre a desbordar de datos y referencias. Y de ilustraciones, pues suyos son también los dibujos que en el Palacio Gaviria compondrán una sugerente muestra con la que invita a los leoneses a descubrir diferencias, sutiles o no tanto, entre la calle de antaño y su aspecto actual.




El libro aborda también sus antiguas denominaciones. Y así, de Cervantes arriba era calle Catedral o Herrería de la Cruz (también en leonés, Ferrería), y de Cervantes abajo, San Marcelo o Cristo de la Victoria, los primeros, como se ve, más oficiosos y los segundos, populares. Después, entre 1911 y 1939 se llamó Fernando Merino y hasta 1998, Generalísimo Franco. Pero no dejó, nunca, de ser calle Ancha.

 Dibujo de Ponga sobre la calle en 1960.
J.C. PONGA / ARCHIVO / FOTOTECA MUNICIPA

PIEZA DEL MES: DICIEMBRE 2016

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“COLGANTE DE CORAL. Natividad”.

Investigadora: Adelina Martínez González
                          Guía Cultural Museo Etnográfico Provincial de León.
                       
Domingo, 18 de diciembre de 2016
17,30 Horas.
Planta 2ª. Área 21. Indumentaria y joyería tradicional.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.

Actividad Gratuita


La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, en la Actividad de la “Pieza del Mes”, de este mes de diciembre y como prólogo de las Navidades ha programado la disertación para el día 18, con el título de: “Colgante de coral. Natividad”. En esta ocasión será Dª Adelina Martínez González, Guía Cultural del Museo Etnográfico Provincial quien a través de la pieza del Colgante de coral que este Museo exhibe en el área de Indumentaria y Joyería Tradicional, nos acerque a ella.

 Este colgante está realizado en coral, en él están talladas las imágenes de San José, el Niño y el buey, llama la atención la ausencia de la virgen y la mula pero posiblemente se hayan desgajado de la pieza, al presentar ésta una pequeña meseta sin tallar donde pudieron estar las dos imágenes. San José porta la vara florida en su mano derecha y la izquierda la lleva al pecho en señal de adoración al Niño Jesús.

La representación de la Natividad es uno de los principales contenidos tratados en las manifestaciones artísticas españolas de tema religioso, se pueden encontrar en pinturas, esculturas y piezas de artes decorativas mostrando al espectador los distintos episodios de un ciclo que tiene su punto central en la escena de la Natividad representada en esta pieza.

Al tratarse de una talla realizada en coral se hablará sobre este material, conocido ya desde la Antigüedad, aunque era considerada como una simple “piedra” de los fondos marinos llamada árbol de piedra o litodendrum, también “hija del mar” Corallium, se creía también que fuera una raíz marina que se endurecía en contacto con el aire. En el Renacimiento se le describía como un arbusto que crecía en el medio marino. Pero no fue hasta 1827 cuando un médico, Peyssonner, observó en vasos llenos de agua eso que pretendía ser la floración del coral, “que se expande en el agua y se cierra en el aire o cuando se lo toca con la mano”.

Existen muchos tipos de coral pero el que se utilizó en  León, Zamora, Salamanca para la fabricación de todo tipo de joyería tradicional es del coral del Mediterráneo o Corallum Rubrum (coral rojo). Este animal vive en colonias en forma de rama de árbol formado por unos pólipos con ocho tentáculos fijados a un esqueleto calcáreo externo que ellos mismos van realizando y que les sirve de apoyo.

En la joyería tradicional se utilizó este material no solamente para realizar las collaradas y las coraladas donde el coral además de embellecer a la persona que lo portaba la protegía de todo tipo de enfermedades debido a la creencia que el coral poseía  virtudes mágicas y curativas como el restañar heridas, curar enfermedades del estómago, especialmente las náuseas y los vómitos, el intestino y el hígado, cortaba las hemorragias y era bueno para el corazón. En coral también se realizaron amuletos como higas, ramas de coral, manos, cuernos, peces o pilas de bautismo entre otros.

Desde el Museo Etnográfico Provincial les invitamos a disfrutar de esta actividad que nos introducirá en las fiestas de invierno dentro del ciclo navideño con esta pieza donde se puede apreciar toda la belleza artística de esta representación del nacimiento de Jesús, protagonista de la “Pieza del Mes´”.

MÚSICA CORAL: ESCOLANÍA VALBUENA

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Actividad gratuita hasta completar aforo en el Museo Etnográfico Provincial de León.

Sábado, 17 de diciembre, a las 18:00 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas.  

El Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, dentro del programa denominado MUMUSET (Música Museo Etnográfico) creado con el deseo de introducir de manera activa a jóvenes y adultos en el uso musical del Museo, continúa su programación musical con una serie de Conciertos Corales durante el último trimestre del año.

En esta ocasión será La Escolanía "Antonio Valbuena" de León,  fundada en 1985, bajo la dirección de D. Romualdo Barrera Garzón, en el CEIP. Antonio Valbuena.La creación de la escolanía tiene una gran importancia en León, no solo por su trayectoria artística, sino también por la labor de formación cultural y social que ha llevado a cabo con cientos de niños y niñas, a lo largo de estos 32 años de existencia.

Esta escolanía ha realizado conciertos en España, Italia, Portugal, Francia, Austria y Dinamarca; participando en numerosos certámenes corales, obteniendo varios primeros premios,  así como festivales de música en España.Asimismo ha grabado varios CDs. Entre los muchos conciertos que ha interpretado cabe destacar el estreno de la obra "Canciones del Reino de León", con motivo del 25 aniversario de la escolanía "Antonio Valbuena", del compositor leonés Jesús Ángel Rodríguez Recio, en el Auditorio "Ciudad de León" en mayo 2010, así como el concierto Solidario, Cofradía "La Agonía de Ntro Señor" en la Iglesia de Santa Marina La Real en diciembre 2014, o el concierto "MÚSICA CORAL EN NAVIDAD" en el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación de León en diciembre 2016, por citar solo algunos de ellos.


Es por ello que les invitamos a asistir a este concierto de Música Coral como preámbulo de las fiestas navideñas, que podrán complementar con la visita a la Exposición Temporal “Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva”, que puede ser visitada en el Museo Etnográfico Provincial de León hasta el 12 de febrero. La exposición es un evocador recorrido por los orígenes del patrimonio inmaterial, a través de noventa y tres instantáneas de algunos fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes. Forman parte de esta exposición las fotografías de Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eutasio Villanueva, Aurelio Colmenares y Orgaz, Antonio Passaporte, Baltasar Cue, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero entre otros. Estas fotos proceden mayoritariamente de los fondos fotográficos del Instituto del Patrimonio Cultural de España, probablemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes.

TALLER DIDÁCTICO NAVIDEÑO

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